
Se divide:
a) Bosques de manglares. El mangle se desarrolla únicamente en la zona costera bañada por las mareas y las olas. Esta planta necesita la salinidad del agua del mar para vivir, es muy resistente al embate del viento. El tallo tiene gran dureza y tiene unas raíces adventicias muy raras, que nacen hasta en las ramas superiores y bajan a la superficie.
b) Bosques de mogotes. Estos bosques predominan en las zonas cársicas. Lo accidentado del relieve los han preservado de la tala. Los bosques más extensos son los de los Haitises. Esta zona cársica es rica en cedro, tan antiguo y de tal espesor, que algunos tienen un tronco de 6 metros de circunferencia. Además del cedro prospera la caoba, el capá, la cabirma, etc.

c) Bosques de pinos. Han ido desapareciendo a medida que el hombre ha necesitado mayor cantidad de madera. Dominan el paisaje en la parte Sur de La Vega, Bonao, Jarabacoa, Constanza, Jánico, San José de las Matas, en Monción, Santiago Rodríguez, Loma de Cabrera, Restauración, Neiba y Bahoruco. El Pino es antisocial y para vivir sólo se adapta a los terrenos más pobres, de gravas y arcillas donde otras plantas casi no pueden desarrollarse.
d) Bosques de xerófilas y madera dura. Vegetación típica de desierto, 7,000 Km2. Sotavento de las cordilleras y sierras donde reciben poca lluvia pueden vivir sólo los cactus y plantas de madera dura: Guayacán, baitoa, palo amargo, campeche, candelón, tabacuelo, bayahonda, aroma, etc.; Vegetación típica del valle del Yaque del Norte. Llano de Azua, hoya de Enriquillo, municipio de Pedernales, valle del río Bajabonico y de cabo Engaño a la isla Saona.
e) Bosques artificiales. Estos son los que ha plantado el hombre con fines económicos.
Los bosques nublados
El bosque nublado, es uno de los ecosistemas más frágiles e importantes de los biomasas de montañas en todo el mundo. Se caracteriza por estar cubierto frecuentemente por nubes o neblinas, recibiendo una cantidad de humedad adicional por medio de la captación y condensación de gotitas de agua, llamándole a este fenómeno “precipitación horizontal”.
Estos tipos de bosques se presentan generalmente en elevaciones medias de montañas expuestas a los vientos predominantes desempeñando un papel indispensable en la alimentación y el mantenimiento de los principales ríos y redes hídricas acompañantes, que garantizan la producción agrícola y pecuaria en la mayor parte del país.

La presencia constante de nubes que hacen contacto con el follaje y el tallo de las plantas hacen que el bosque nublado se comporte como una esponja y una trampa natural para la neblina; substrayéndole directamente la humedad para almacenarla y luego, paulatinamente, cedérsela a las fuentes acuíferas. Esta agua substraída directamente de las nubes por los árboles, va a depender muchas veces del estado sucesional de la vegetación dominante y de las características del follaje. Si la vegetación ha sido removida, las funciones del bosque nublado desaparecen casi totalmente; ya que los árboles son indispensables para la captación y distribución del agua condensada.
Los bosques nublados constituyen una importante fuente de estudios científicos. En el se encuentra una abundancia de plantas epífitas, especialmente musgos, bromelias, orquídeas y líquenes; las cuales crean un ambiente muy particular que sólo admite la presencia de ciertos insectos, reptiles, anfibios, mamíferos y ciertas aves como el papagayo de la Española (Tenmotrogon Reseigaster) o el jilguero de la montaña (Eufonía música = el verdadero sonido de la música).

La vegetación del bosque nublado mantiene sus mismas ca-racterísticas fisionómicas en todos los lugares donde se presenta, solamente hay diferencia en las zonas de coníferas de alta montaña, aunque las especies botánicas varían de sitio en sitio.
En el caso del bosque nublado de Quita Espuela tiene a la manacla (Prestoea Montana), el coi (Mora Abbottii), el helecho macho (Cyathea Arbórea) y el palo de viento (Didymopanax trémulas) como indicadores ecológicos predominantes; mientras que en el bosque nublado de Casabito, la Golondrina y la Sal; lo son el ébano verde (Magnolia Pallescens), palo de cotorra (Brumllia Comocladifolia), tres filos (Miconia Mirabilis), casabito (Gyrotaenua Myriocarpa) y también la manacla, los helechos y el palo de viento.
En las altas montañas, como Valle Nuevo y los parques nacionales Armando Bermúdez y José del Carmen Ramírez, está ocupando zonas pinaras (Pinus Occidentalis), con profusión de bromelias y parásitas y con un alto grado de endemismo en el estrato arbustivo y el sotobosque: Pajón blanco (Danthonia Domingensis), lionia (Lyionia Heptamera), Satureja sp.) y la mirica (Myrica sp.), entre otras especies endémicas.
Bosques nublados
(superficie aprox. 2, 900 Km2)
1 - Loma Isabel de Torres 7 - Sistema La Valvacoa
2 - Loma El Murazo 8 - Sistema Valle Nuevo
3 - Sistema Diego de Ocampo 9 - Macizo Central
4 - Loma Quita Espuela 10- Sierra de Neiba
5 - Sistema Casabito 11- Sierra de Bahoruco
6 - Sistema La Humeadoral 12- Bahoruco
clima y vegetacion


Wikidominicana: Bosque de la República DominicanaLa República Dominicana se encuentra en la zona climática tropical, y por lo tanto presenta condiciones térmicas similares durante todo el año, las montañas introducen modificaciones importantes en el clima zonal. Debido a su posición en la franja costera de océano Atlántico, y su carácter insular, podemos encuadrar su clima en el clima monzónico y de los vientos alisios en el litoral. La República Dominicana se encuentra en el imperio biogeográfico y la ecozona Neotropical. Por su posición recibe el impacto frecuente de los huracanes que se generan en el Atlántico.
La biocenosis natural es el bosque monzónico (húmedo tropical), pero las variedades climáticas hacen aparecer hasta la sabana. En la costa encontramos abundantes manglares.
Clima
La República Dominicana tiene un clima monzónico y de los vientos alisios en el litoral predominantemente de tipo tropical y donde las lluvias son abundantes, una temperatura media de entre los 25 y 30 °C , con pocas excepciones en regiones con una gran altitud como Constanza, Jarabacoa y Ocoa, donde la temperatura desciende hasta 5 °C bajo cero en invierno.
Tiene dos estaciones una seca y otra lluviosa. La estación lluviosa abarca desde mayo hasta noviembre destacándose mayo, agosto y septiembre. Debido a sus carácter torrencial, durante esta época se sufren numerosos corrimientos de tierra. Esta época es propensa al paso de huracanes. Los huracanes y otras tormentas tropicales se registran principalmente de agosto a octubre, y afecta, sobre todo, al suroeste del país. El período va de diciembre a marzo.
Los centros de acción que afectan a la República Dominicana son los vientos alisios del anticiclón de las Azores, la Zona de Convergencia Intertropical, y ocasionalmente las borrascas del Frente Polar. Este tipo de tiempo se llama «norte».


Debido a su insularidad la influencia del mar es muy importante. Las brisas diarias mar-tierra suavizan las temperaturas e influyen en la cantidad y distribución de las lluvias. Hay que tener en cuenta que la temperatura del Caribe es notablemente más alta que la del Atlántico, lo que implica diferencias apreciables entre la costa norte y la sur.
Las montañas producen lluvias orográficas por efecto monzónico. Así, a medida que ascendemos aumentan las precipitaciones, pero también hay una gran disimetría entre la vertiente de barlovento, más húmeda, y la de sotavento. Los contrastes pueden llegar a ser muy importantes y van desde los 455 mm en la hoya de Enriquillo a los 2.743 mm de la costa noreste.
Vegetación
La biocenosis de la República Dominicana es muy rica, presenta una extraordinaria variedad de géneros y especies, muchos de ellos endémicos, debido a su insularidad. Las partes bajas y húmedas están cubiertas de bosques tropicales. En las zonas secas de poca altura surge la estepa o el matorral y en algunas pequeñas extensiones falta la vegetación.
En las zonas menos húmedas de la sierra Central creen extensos bosques de pinos, y aparecen amplias sabanas. En las regiones costeras mas húmedas se extiende una zona de manglares paralela al litoral.



Las especies endémicas constituyen un 40% de la flora. Destacan el pino (Pinus occidentalis), la palma real (Roystonea hispaniolana), la palma de catey o coco macaco (Bactris plumeriana) y el guano (Coccothrinax montana).
También encontramos especies propias del imperio Neotropical como son el maíz, la piña, el guayacán, la ceiba, la caoba, el guayabo, la guáyiga, la guanábana y el tabaco.
Existen un grupo de especies introducidas como el mango, el café, la caña de azúcar, el cacao, el plátano, el guineo, los cítricos frutales y una gran cantidad de hortalizas como la zanahoria, la lechuga y el repollo.
Los principales tipos de vegetación que podemos encontrar son el bosque húmedo tropical y subtropical, el bosque seco subtropical, el monte espinoso y las sabanas.
El bosque húmedo tropical y subtropical, en las regiones con precipitaciones superiores a 1.000 mm, presenta especies arbóreas de hoja ancha como el capá, la palma real, el ébano y el cedro. En las áreas montañosas encontramos especies de coníferas como el pino. En las zonas bajas encontramos bosques de manglares.
El bosque seco subtropical se desarrolla en áreas con precipitaciones moderadas o bajas y una elevada evapotranspiración. Encontramos especies de plantas xerófilas de hojas pequeñas como el guayacán, cambrón, baitoa y el candelón. En las áreas que se ubican dentro del bosque húmedo y seco se encuentran especies como la cana y la caoba.
El monte espinoso seco se encuentra en las zonas semiáridas, y se destacan especies como el cactus. Es muy frecuente en la cuenca baja del Yague del Norte y la Llanura de Azua.
La sabana aparece en las áreas donde no se han podido desarrollar especies arbóreas o donde se ha destruido el bosque existente. Están conformadas por especies herbáceas. Se destacan las gramíneas y el pajón.
flora y fauna de la Republica Dominicana



Flora
La flora de la República Dominicana es muy rica, presenta extraordinaria variedad de géneros y especies. Las partes bajas y húmedas están cubiertas de bosques tropicales. En las zonas secas de poca altura surge la estepa o el matorral y en cortas extensiones falta la vegetación.
La flora de nuestro país ha sido catalogada por numerosos investigadores como una de las de mayor riqueza y variedad de todas las Antillas.
Existen 5,000 especies distintas, de las que 2,000 son endémicas; 2,400 son nativas de nuestra isla y unas 600 nos llegaron de otros países y continentes.
En las porciones menos húmedas de la sierra Central creen extensos bosques de pinos y, donde aparecen amplias sabanas. En las regiones costeras mas húmedas se extiende una zona de manglares paralela al litoral.
La exquisita y variada flora de República Dominicana, que cuenta con unas 8000 especies de plantas, flores y árboles, de las cuales 1800 especies son endémicas, principalmente orquídeas (300 variedades) y palmeras es una permanente fuente de inspiración para el arte de este país y en particular para mi propio trabajo creativo. A continuación les presentamos una lista de especies, monte y bosques de nuestro país:
Especies endémicas
Las especies endémicas constituyen un 40% de la flora de nuestra isla. En este grupo tenemos el pino( Pinus Occidentalis), la palma real (Roystonea hispaniolana), la palma de catey o coco macaco (Bactris plumeriana) y el guano (Coccothrinax montana).
Especies nativas
Las especies de este grupo son el maíz la piña, el guayacán, la ceiba, la caoba (árbol nacional), el guayabo, la guáyiga, la guanábana y el tabaco.
Especies introducidas
A este grupo también llamado flora exótica, encontramos el mango, el café, la caña de azúcar, el cacao, el plátano, el guineo, los cítricos frutales como el limón, naraja, toronja, entre otros y una gran cantidad de hortalizas como la zanahoria, la lechuga y el repollo.
Vegetación
La vegetación de nuestro país es sumamente variada. Los principales tipos de vegetación que podemos encontrar son el bosque húmedo tropical y subtropical, el bosque seco subtropical, el monte espinoso y las sabanas.
1. Bosque húmedo La alta pluviometría que se registra en este medio geográfico (más de 1,000 milímetros anuales) propicia la existencia de especies arbóreas de hoja ancha como el capá, la palma real, el ébano y el cedro. En las áreas montañosas encontramos especies de coníferas como el pino (pinus occidentalis). En las zonas bajas encontramos bosques de manglares.
2. Bosque seco subtropical Esta vegetación se desarrolla en áreas con precipitaciones moderadas o bajas y una elevada evapotranspiración. En el bosque seco subtropical encontramos especies de plantas xerófilas de hojas pequeñas como el guayacán, cambrón, baitoa y el candelón. En las áreas que se ubican dentro del bosque húmedo y seco se encuentran especies como la cana y la caoba.
3. Monte seco Monte espinoso seco. En estas zonas semiáridas se destacan especies como el cactus. Este tipo de vegetación es muy frecuente en la cuenca baja del Yague del Norte y la Llanura de Azua. En las áreas donde no se han podido desarrollar especies arbóreas o donde se ha destruido el bosque existente, podemos encontrar las sabanas. Están conformadas por especies herbáceas. Se destacan las gramíneas y el pajón.
Fauna Dominicana
Las Antillas se caracterizan por tener una alta diversidad biológica, destacándose la Hispaniola por contener la mayor diversidad de las especies de las islas.
Cotorra
Cotorra
Principales grupos taxonómicos
En la República Dominicana se encuentran presente cinco clases de animales vertebrados, los cuales son los siguientes;
Peces
En las aguas dominicanas se pueden encontrar más de 800 especies de peces aproximadamente
* Dajao
* Anguilla
Anfibios

* Los Eleutherodactulus(ranas pequeñas) y sapo
Reptiles

* Culebra verde
* Boa de la Hispaniola
* Iguana
* Cocodrilo
* Lagarto
* Camaleón
* Tortugas
* Carey(en vias de extinsión)
* Hicotea
Aves

Las aves que se pueden encontrar en el territorio dominicano son:
* Flamenco
* Garza
* Perico
* Cigua palmera (ave nacional)
* Ruiseñor
* Golondrina
* Cuervo
* Cotorra
* Cuyaya
* Lechuza
Las aves migratorias como las palomas y los patos no son nativas, pero visitan anualmente el país.
Mamíferos

Los mamíferos nativos son: la Jutía y el Solenodón
* Jutía de la Española (plagidontia aedium), es un mamífero roedor en vías de extinción.
* Solenodonte (solenodón paradaxus), es un mamífero insectívoro único en América, también es una especie en peligro de extinción.
Otros mamíferos de la fauna dominicana son los murciélagos, el hurón y el manatí (mamífero de gran tamaño que se encuentran en los ríos).
Por otra parte tenemos en mayor número, aunque menos conocido, el grupo de los invertebrados que incluye:
* Crustáceos: por ejemplo, cangrejos y jaibas.
* Arácnidos: por ejemplo, viuda negra, cacata, etc.
* Moluscos, marinos y terrestres, como el lambí y los caracoles.
* Insectos, las cucarachas, las hormigas, las avispas, etc.
Especies Nativas y Endémicas

Las especies nativas son aquellas que se encuentran de manera natural en nuestro territorio pero que también existen en otras partes del mundo.
Estas especies, por lo general son muy territoriales, esto es, que sólo por alguna causa muy poderosa abandonan su hábitat. Cuando estas especies sólo se encuentran en nuestros territorio y en ninguna otra parte más se dice que la especie es endémica.
El endemismo de una especie se puede presentar a nivel de un lugar particular. También se da el caso del endemismo regional que como las avecillas conocidas como barran coolíes sólo existen en las islas del caribe.



La Fauna endémica de la isla Hispaniola está constituida por especies que se encuentran exclusivamente en territorios de Haití y la República Dominicana incluyendo sus islas y cayos adyacentes.
Bosque húmedo Subtropical (bh-S)
Las zonas de esta formación se extiende por los valles agrícolas más importantes que se encuentran en el país.
En la región Norte, el bosque húmedo Subtropical cubre los valles cuyos ríos desembocan en el Océano Atlántico. Estas áreas se extienden, desde el nivel del mar hasta los 500 metros, por el norte de las vertientes de la Cordillera Septentrional. Esta zona de vida continúa por la vertiente sur de esta cordillera, cubriendo gran parte del Valle Oriental del Cibao y los valles que se unen con la parte baja de la cuenca del río Yuna. En la península de Samaná, cubre principalmente los terrenos desde la costa hasta los 400 m. En la parte noroeste se extiende por el sur de Dajabón, abarcando los valles formados por los afluentes del río Yaque del Norte, a elevaciones desde los 400 m hasta los 800 m.
En la región del oeste cubre los valles de los tributarios del río Artibonito, por la margen izquierda, extendiéndose desde las vertientes septentrionales de la Sierra de Neyba hasta las meridionales de la Cordillera Central.
En la región Suroeste se extiende por las estribaciones meridionales de la Sierra de Neyba, a elevaciones que varían desde los 400 m hasta los 800 m. En las vertientes de la Sierra de Bahoruco cubre fajas angostas entre el bosque muy húmedo Subtropical y el bosque seco Subtropical o su zona de transición a bosque húmedo; las elevaciones varían desde el nivel del mar (Barahona) hasta los 700 m.
En el sur de las vertientes de la Cordillera Central cubre los valles de los afluentes de la cuenca del río Yaque del Sur y de los ríos Ocoa, Nizao y Haina.
En la región Sureste, abarca prácticamente todo el Llano Costero del Caribe, entre San Cristóbal, las vertientes sur de la Cordillera Oriental y San Rafael del Yuma. También comprende porciones de los valles angostos que se encuentran en las vertientes norte y este de la Cordillera Oriental.
En esta zona de vida las condiciones ecológicas son el resultado de un sistema climático complicado, influido principalmente por la presencia de los anticiclones subtropicales y la dirección de los vientos alisios, que en la mayor parte del año son dominantes. El anticiclón que tiene efectos variables y temporales es de origen continental, mientras que el anticiclón de efectos permanentes es de origen oceánico.
El período en que las lluvias son más frecuentes corresponde a los meses de abril a diciembre, variando en intensidad según la situación orográfica que ocupan las áreas de esta zona de vida. Las precipitaciones generalmente empiezan después que el anticiclón continental deja de tener influencia, dando origen a condiciones de inestabilidad atmosférica sobre la isla. Por otra parte, a partir de abril los vientos alisios que soplan del Este vienen cargados de humedad, que al pasar por la isla da orígen a lluvias, tanto convectivas como orográficas.
Las zonas que están situadas en la parte media occidental tienen un patrón de lluvia que va disminuyendo desde 1,500 mm hasta los 1,000 mm como promedio total anual y las zonas que están situadas en la parte media oriental tienen un patrón de lluvia que va aumentando desde los 1,500 mm hasta los 2,000 mm como promedio total anual.
La temperatura de esta zona de vida es variable, según la ubicación de las áreas. En los lugares cercanos a la costa y abiertos la biotemperatura media anual es de 23° a 24 °C; en los lugares de mayor elevación o próximos a las vertientes de las cordilleras la biotemperatura media anual es de 21° o menos.
La evapotranspiración potencial puede estimarse en promedio como 20% menor que la precipitación media total anual. En esta zona de vida una cuarta parte del agua de lluvia no es evapotranspirada y se pierde por escurrimiento, principalmente en los meses de mayor precipitación.
La vegetación natural original de esta formación estaba formada por bosques de regular tamaño de los que muy poco queda, por haber sido talados en su mayor parte para utilizar los terrenos en agricultura. La vegetación natural conservada está formada por pequeños rodales de segundo crecimiento distribuidos aisladamente en los potreros o a orillas de los ríos.
Palma real dominicana, en campo de arroz



Las principales especies indicadoras que ayudan a identificar esta zona de vida son el roble (Catalpa longissima), especialmente en los terrenos bien drenados, y la caoba (Swietenia mahagoni), una especie muy característica de esta zona de vida. En los lugares donde los terrenos provienen de rocas calcáreas es común la palma real (Roystonea hispaniolana).
La vegetación de los pequeños rodales secundarios está constituida principalmente por especies de Juan Primero (Simaruba glauca), anón de majagua (Lonchocarpus pentaphyllus) y jagua (Genipa americana), mientras las especies más comunes en el Llano Costero del Caribe y las vertientes de la Cordillera Septentrional son guaraguao o grigrí (Bucida buceras), yaya (Oxandra lanceolata) y amacey (Tetragastris balsamifera). Los árboles aislados pertenecen ante todo a las especies de fustete (Chlorophora tinctoria), común en las zonas de Luperón, Imbert y Villa Isabel; campeche (Haematoxylon campechianum), propio de Puerto Plata y alrededores de Santiago; lirio (Hippeastrum puniceum), común en los suelos calcáreos de San Pedro de Macorís; caracolí (Pithecellobium glaucum), propio de Enriquillo, Barahona y Azua; guácima (Guazuma ulmifolia) y palo de leche (Rauwolfia nitida), comunes en el Llano Costero del Caribe y Procurrente de Barahona; penda (Citharexylum fruticosum) y córbano (Pithecellobium berterianum), común en las zonas de San José de las Matas, Santiago, La Romana y Barahona.
La vegetación de las sabanas o terrenos con suelos superficiales se caracteriza por la presencia de los arbustos peralejo (Curatella americana), hojancha (Coccoloba pubescens), memiso (Trema micrantha) y roble (Tabebuia spp.). Las zonas que tienen terrenos marginales y precipitaciones próximas al bosque seco Subtropical se caracterizan por la presencia del cajuil (Anacardium occidentale).
La vegetación de zonas pantanosas y manglares está formada principalmente por especies de drago (Pterocarpus officinalis), higo (Ficus spp.), mangle colorado (Rhizophora mangle), mangle prieto (Conocarpus erecta), mangle (Avicennia nitida) y mangle blanco (Laguncularia racemosa).
La regeneración natural de las especies nativas se produce fácilmente por la humedad existente en el terreno. Las especies de esta zona de vida en general son de un crecimiento moderado.
Los terrenos de esta zona de vida, desde el punto de vista climático, son los más adecuados para el desarrollo de las actividades agropecuarias, por la combinación óptima de temperaturas y lluvias. En estas zonas se encuentran situados los centros poblados de más alta densidad demográfica. Las actividades básicas de la mayor parte de la población son la agricultura y la ganadería. Por esas mismas condiciones climáticas, la población rural de estas zonas ha prosperado mejor que la población de cualesquiera otras zonas de vidas.
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Bosque muy húmedo Subtropical (bmh-S)
Las zonas de esta formación se extienden principalmente entre las vertientes de las cordilleras Septentrional, Central y Oriental. Muchas de las áreas cultivadas del bosque húmedo se extienden hasta esta zona, lo cual dificulta algunas veces establecer el límite entre estas dos formaciones. Esta zona de vida generalmente colinda con las zonas de vida bh-S y bmh-MB.
En la región norte abarca principalmente los terrenos accidentados de la Cordillera Septentrional. En la parte noreste ocupa el Promotorio de Cabrera, extendiédose hasta el nivel del mar. En la Península de Samaná, se extiende desde los 200 metros de altura hasta las mayores elevaciones que existen en esta península.
En el Este, esta formación ocupa las vertientes de mayor elevación de la Sierra de Yamasá y la Cordillera Oriental. En el extremo este de la Cordillera Oriental se extiende sobre terrenos ligeramente accidentados hasta el nivel del mar.
En la parte sur y este de la Cordillera Central ocupa los terrenos que bordean los afluentes de los ríos Yuna, Nizao, Haina y Ozama. En la parte norte y oeste se extiende por los terrenos de los afluentes de los ríos Yaque del Norte, Dajabón y Artibonito.
Las condiciones climáticas correspondientes a esta zona de vida son variables por las influencias de los anticiclones y los vientos alisios que atraviesan el país. El régimen pluviométrico que tiene esta zona de via es parecido al del bosque húmedo Subtropical, a excepción de las lluvias orográficas más intensas. Estas lluvias, por ser de mayor duración, influyen principalmente en la composición de la flora y en la fisionomía de la vegetación. El patrón de lluvia para esta formación varía desde 2,200 mm hasta los 4,400 mm en promedio.
La temperatura de esta zona de vida varía según la ubicación de las áreas. Las que están cerca de la costa tienen como biotemperatura media anual 24 °C. Sin embargo, las zonas que están en las vertientes de las cordilleras tienen biotemperaturas medias que disminuyen hasta los 18 °C.
Río
La evapotranspiración potencial puede estimarse, en promedio, en 60% menor a la precipitación media total anual. En esta zona de vida las 3/5 partes del agua de lluvia se pierde por escurrimiento, dando origen a que los ríos lleven agua durante todo el año.
Los terrenos de esta zona de vida, en su mayor parte, son de topografía accidentada. La elevación varía desde el nivel del mar hasta los 850 metros de altitud.
Las principales especies que ayudan a identificar a esta zona de vida son el guaraguao (Buchenavia capitata), especialmente en las cordilleras Septentrional y Oriental; y, de una manera general, el sablito (Didymopanax morototoni), el peralejo o madroño (Byrsonima spicata) y el aguacatillo (Alchornea latifolia).
La vegetación natural de esta zona de vida está constituida principalmente de las siguientes especies: membrillo o almendrito (Prunus myrtifolia), en las áreas con bosques de Los Haitises y vertiente norte de la Cordillera Central; mara o baría (Calophyllum brasiliense), cocuyo (Hirtella triandra) y cabirma (Guarea guidonia), en las áreas con bosque cerca de Jarabacoa, alrededor del pico Isabel de Torres, Península de Samaná y las vertientes de la Cordillera Oriental; palo de yagua (Casearia arborea), propio de las áreas que están cerca de Barahona y Nagua; algarrobo (Hymenea courbaril), común en las áreas de los alrededores de Bonao, La Vega y Miches; balatá (Manilkara domingensis), común en las áreas de la Península de Samaná y vertientes de las cordilleras Septentrional y Oriental; y la palma manacla (Prestoea montana), que aparece en los bosques con determinada clase de suelos. Otra de las especies comunes es el pino (Pinus occidentalis), especialmente en los suelos lateríticos.
Las condiciones climáticas que reúne esta zona de vida son favorables para una regeneración natural fácil y para un rápido crecimiento de las especies.
En términos generales, los únicos terrenos que pueden utilizarse para agricultura intensiva son los suelos de origen aluvial muy fértiles, cuyo uso es económico solamente si las especies cultivadas rinden cosechas altamente remunerativas. Los terrenos con suelos poco profundos y pendiente moderada son los más convenientes para cultivos perennes tales como cacao, caucho, ciertos árboles frutales subtropicales y, en menor proporción, café.
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Bosque pluvial Subtropical (bp-S)
La ubicación de esta zona está relacionada con la posición fisiográfica que ocupan dentro del bmh-S. El área de mayor extensión se encuentra entre las nacimientos de los ríos Masipedro y Jima, alrededor de la loma Casabito. Otras zonas pequeñas están localizadas en las cordilleras Oriental y Septentrional.
La mayor precipitación que reciben estas zonas proviene, sin duda alguna, de las lluvias orográficas. La evapotranspiración potencial puede estimarse, en promedio, en 75% menor que la precipitación media anual. En esta zona de vida las 3/4 partes o más del agua de las lluvias que caen discurren por los ríos, lo que da lugar a que éstos lleven agua todo el año.
La topografía de los terrenos, en su mayor parte, es accidentada. La elevación varía desde los 400 hasta los 850 metros de altitud.
La vegetación natural está constituida por árboles, que se caracterizan por estar cubiertos de plantas parásitas y epífitas. Entre las principales especies indicadoras se encuentran el helecho arbóreo (Cyathea spp.) y el lirio (Linociera spp.).
En esta zona de vida las especies nativas tienen un crecimiento mucho más rápido que las especies del bmh-S y poseen una regeneración natural abundante.
Desde el punto de vista agrícola, ganadero y forestal, los terrenos de bosque pluvial Subtropical no tienen ningún valor debido a la excesiva humedad. Los terrenos de esta zona de vida necesariamente tendrán que estar cubiertos con su vegetación natural, como un medio de controlar el escurrimiento de las lluvias y la erosión de los suelos.
